Si nada ni nadie lo remedia, muy pronto se puede perpetrar
en este país una tragedia educativa que tendrá serias consecuencias para las
próximas generaciones. Teniendo en cuenta que la educación es uno de los
pilares de la sociedad, y que últimamente andamos con los pilares más tísicos
que la credibilidad de un político, háganse a la idea. Se trata de la controvertida
nueva Ley de educación del señor Wert que no sólo es un disparate, sino que es
otra oprtunidad perdida para tomarse en serio un nuevo sistema educativo
revolucionario, renovador, de calidad y sin connotaciones políticas ni
religiosas.
Los borradores de esta ley han sido ámpliamente analizados
en sus aspectos generales y no encontramos a nadie solvente que apoye a esta
criatura; y sin embargo, este engendro anacrónico avanza cual capricho de
científico loco con delirios de grandeza.
El aspecto que más nos inquieta al gremio de profesores de
enseñanzas artísticas, de dibujo, de Plástica, etc, es el que se refiere a la
inconsciencia de relegar la Educación Plástica, ya raquítica pero con cierta
dignidad, a la optatividad, o incluso a
la nada, por entrar en el grupo de asignaturas que distraen o que no son
significativas. El problema de fondo no es que nos toquen el chiringuito, sino
que se trata de un problema con un calado mucho más profundo y preocupante, y nos
dice mucho acerca de la tremenda miopía de los artífices de la LOMCE. Lo triste
es que, más que por inconsciencia, creo que lo hacen con toda la intención,
porque se sabe que personas con una educación integral, bien formadas,
creativas, son personas que piensan, luego estorban.
El señor ministro añora la enseñanza de “el florido pensil”,
una enseñanza dogmática, sin lugar para la crítica ni el razonamiento (también
han herido de muerte a la filosofía), con una metodología caduca camuflada de
competitiva donde no caben las nuevas asignaturas que se han introducido en los
últimos años, como las artísticas o las tecnologías. Centrándonos en el terreno
artístico y visual, cercenar a este del panorama educativo en el contexto
actual -de una sociedad audiovisual y tecnológica- es un asunto más serio de lo
que parece. Se trata de una ceguera descomunal o de una maldad inconmensurable.
Sepa el señor ministro que el joven de hoy está aprendiendo
a pensar en otro mundo y de un modo muy diferente. El gobierno, al servicio del
capital, parece que quiere analfabetos visuales para que sientan el poder de la
imagen que sentía el campesino medieval cuando las únicas imágenes que veía
estaban en una lúgubre iglesia románica desde cuyos muros el pantócrator, bajo
ese contexto casi mágico, observaba
amenazante y adoctrinante al ignorante vasallo. Hoy las multinacionales,
la publicidad, los estados, continúan
utilizando el poder de la imagen porque seguimos siendo mayoritariamente analfabetos visuales,
ignorantes de su capacidad de persuasión y de las posibilidades de moldear
nuestras conciencias. La publicidad nos lleva a su terreno porque hurga en las
debilidades emocionales, crea modas, frustra
al ciudadano desprotegido, le marca
pautas y le crea dependencia. Son muchos los adultos que están hipnotizados con
la Tele y se creen todo lo que escupe, y son muchos los ahora nacidos bajo la tecnología,
que se sienten hijos de ella, que están mimetizados y que han perdido la
capacidad para cuestionarla y gestionarla, para concentrarse y para asimilar y
retener conceptos. La tecnología es seductora pero roba tiempo y espacio para
la reflexión. El exceso de información apabulla y colapsa, de manera que uno de
los antídotos para amortiguar los efectos nocivos de la sociedad hipertecnicada
es la enseñanza del lenguaje visual y de la creatividad, como parte inherente de
la vida, y la necesidad de una urgente y potente educación . Al joven de hoy no
puedes enseñarle como hace cuarenta años porque el escenario de juego ha
cambiado radicalmente.
Hoy conocemos mucho más sobre cómo funciona el cerebro,
sobre su plasticidad y sobre la necesidad de educar y equilibrar a los dos
hemisferios. La enseñanza de metodología clásica que resucita la nueva ley
rompe este equilibrio en favor del hemisferio izquierdo, racional y analítico,
en detrimento del hemisferio derecho, creativo e intuitivo. Los dos son
importantes pero los problemas vienen cuando descuidamos a uno de los dos. Hoy las
mentes más preclaras, al día de las investigaciones más innovadoras, nos hablan
del valor del pensamiento creativo e intuitivo, de ocho tipos de inteligencia,
de la importancia de la educación emocional, de la naturaleza del aprendizaje,
más basada en actividades participativas y visuales que en metodologías
clásicas y pasivas, pero por aquí no se han enterado, o no se quieren enterar.
La creatividad no cae del cielo, también se aprende con la
práctica, igual que las matemáticas o la estupidez, y es una de las enseñanzas
con más valor que podemos ofrecer, pero con la excusa de la crisis –la estafa
de la crisis-, se está redefiniendo de una manera torticera el concepto de “lo
importante “ y lo “esencial”. Es una broma de mal gusto, con lo que ahora
sabemos y con el mundo saturado de imágenes, relegar la enseñanza visual del
sistema educativo. Con lo que nos ha costado llegar hasta aquí, no nos vamos a
dejar engañar fácilmente, ni vamos a hipotecar el futuro de un país, ni
queremos que mediocres e insensibles diseñen
algo tan importante como un sistema educativo.
Creo, objetivamente, que todo esto se está cocinando muy mal, y si me callo,
no podría dormir tranquilo, de manera que, tómense esta reflexión como una
denuncia. Yo, además, en clave simbólica, me lo tomo como otro signo
apocalíptico fruto de una sociedad atocinada. Este es otro grito más que se
suma a otros tantos contra la LOMCE y en favor de un pacto educativo cocinado
por personas solventes en la materia y no por políticos.
Y recuerden, como dicen los compañeros de #masartísticas (en
defensa de las enseñanzas artísticas), un pueblo sin arte es un pueblo sin alma.
Este vídeo, realizado como proyecto colaborativo por alumnos de diferentes centros,
explica muy bien lo que las artes pueden aportar a la educación
Fragmento del Mural que hice hace unos años con los alumnos del IES de Enguera. Hermoso proyecto y recuerdo |
Cuánta razón tienes, corazón...tiempos duros para el pensamiento y la creación, cuando nos gobiernan mediocres sin alma que ni siquiera son conscientes de su propia estulticia...pero no vamos a rendirnos jamás.
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