Si nada ni nadie lo remedia, muy pronto se puede perpetrar en este país una tragedia educativa que tendrá serias consecuencias para las próximas generaciones. Teniendo en cuenta que la educación es uno de los pilares de la sociedad, y que últimamente andamos con los pilares más tísicos que la credibilidad de un político, háganse a la idea. Se trata de la controvertida nueva Ley de educación del señor Wert que no sólo es un disparate, sino que es otra oprtunidad perdida para tomarse en serio un nuevo sistema educativo revolucionario, renovador, de calidad y sin connotaciones políticas ni religiosas. Los borradores de esta ley han sido ámpliamente analizados en sus aspectos generales y no encontramos a nadie solvente que apoye a esta criatura; y sin embargo, este engendro anacrónico avanza cual capricho de científico loco con delirios de grandeza. El aspecto que más nos inquieta al gremio de profesores de enseñanzas artíst...